Así es como las personas mentalmente fuertes lidian con la culpa

Así es como las personas mentalmente fuertes lidian con la culpa

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Todos se sienten culpables a veces. La culpa es un estado cognitivo o emocional común que se deriva de la percepción de las propias malas acciones o inacciones, ya sea que esa observación sea precisa o no.

Una persona se siente culpable si cree que ha hecho algo que va en contra de sus propios valores o viola las pautas morales de las personas que la rodean. En una época en la que la información es abundante y constantemente nos bombardean con ideas que nos dicen cómo debemos vivir nuestras vidas, puede ser difícil navegar por nuestros propios deseos y racionalidad.



Nos sentimos culpables por lo que comemos, nuestra apariencia, cómo conducimos nuestras relaciones y cómo criamos a nuestros hijos. Nos comparamos con los demás con más frecuencia de lo que deberíamos, porque nos abruma la inmensa diversidad a través de los medios masivos, convencionales y sociales.



Es fácil sentirse inadecuado y avergonzado. Publicidad

Nos escudriñamos demasiado a nosotros mismos y a nuestras vidas. Cuanto más buscamos información para guiarnos, más incrédulos y confundidos nos volvemos. Ahora estamos conectados globalmente a cómo vive la gente en todo el mundo. No solo somos absolutamente conscientes de nuestro propio privilegio, sino que también nos enfrentamos a diario con la devastación y la injusticia que experimentan los demás. Puede hacernos sentir impotentes.

La culpa puede tener un impacto negativo en nuestro bienestar emocional, psicológico y físico.



Los sentimientos de culpa a veces pueden provenir de la infancia y están tan arraigados en nosotros que ni siquiera nos damos cuenta de que están ahí. Puede hacernos sentir que no merecemos el éxito o la felicidad, lo que a menudo conduce a un comportamiento de autosabotaje y mediocridad. Puede hacernos propensos a vivir indirectamente a través de otros en lugar de permitirnos ser la versión más verdadera y fuerte de nosotros mismos. Puede dañar nuestra relación con nuestro cuerpo físico al alterar la forma en que consumimos los alimentos, cómo nos entregamos a hábitos destructivos y si tomamos riesgos calculados o no. Puede limitar todos los aspectos de cómo vivimos nuestras vidas, contaminándolas con patrones y hábitos disfuncionales que son difíciles de reconocer y mucho menos romper. Incluso nuestra postura física puede estar relacionada con sentimientos de culpa. La forma en que nos mantenemos es indicativo y el resultado de nuestros verdaderos sentimientos acerca de nosotros mismos.

Se necesita mucha fuerza mental y tenacidad para superar la culpa. Publicidad



Debemos aceptar que es una emoción humana común y natural que no tenemos que eliminar. De hecho, deberíamos aceptar su presencia y utilizarla como una herramienta para ayudarnos a evolucionar y crecer. Las lecciones que obtenemos de la culpa pueden impulsarnos a convertirnos en mejores personas; criar mejores hijos y cambiar el mundo de manera progresiva y positiva.

Entonces, ¿cómo lidian las personas mentalmente fuertes con la culpa?

1. Reflexión en lugar de arrepentimiento

En lugar de revolcarnos en sentimientos negativos y vivir a la defensiva, podemos volvernos más asertivos para reconocer cuándo nos sentimos culpables y por qué. Podemos volvernos más fuertes mentalmente al abordar el problema y lidiar con él de manera racional para usarlo en nuestro beneficio.

2. Discernimiento

Un dicho común en estos días es 'problemas del primer mundo'. En otras palabras, a veces nos enfocamos en cosas triviales que en el ámbito más amplio de nuestra existencia realmente no son tan importantes en comparación con las tribulaciones de los demás. Son fuentes de malestar de las que nuestra supervivencia no depende. Necesitamos discernir sobre las cosas que nos hacen sentir culpables. Por supuesto que son importantes para nosotros personalmente, pero debemos preguntarnos si son una cuestión de vida o muerte. Además, necesitamos obtener información que nos ayude a comprender nuestros sentimientos. Podemos hablar con otros; amigos, familiares o incluso un terapeuta pagado. Podemos leer e investigar. También en este caso, necesitamos discernir qué información es genuina y legítima; y lo que solo perpetúa nuestra culpa.Publicidad

3. Autodeterminación

Una vez que sabemos qué nos hace sentir culpables y por qué, debemos decidir cómo nos sentimos realmente sobre el asunto, utilizando toda la información que tenemos disponible. Entonces es una cuestión de compromiso. Necesitamos ser lo suficientemente fuertes y seguros mentalmente para seguir nuestro propio camino sin mirar atrás. No tiene sentido sentarse en la cerca o hacer un esfuerzo a medias para consolar nuestros sentimientos de culpa. Una vez que sabemos cuál es la fuente y hemos establecido un curso de acción, la única forma es seguir adelante.

4. Cambiar

Debemos estar dispuestos a admitir que nos equivocamos. No solo en el comportamiento que causó los sentimientos originales de culpa, sino a veces en las soluciones en las que nos hemos comprometido. Entonces debemos aceptar el cambio. Debemos estar dispuestos a cambiar no solo nuestro comportamiento, sino también nuestra mente. No tenemos que demostrarle nada a nadie. Solo necesitamos ser fieles a nosotros mismos. Tener la flexibilidad y la tenacidad para dar la bienvenida al cambio en nuestras vidas requiere mucha fuerza mental y coraje. También requiere práctica. Algunas personas se confunden con esto porque parece hipócrita o contradictorio. Lo que no entienden es que para ser verdaderamente fuertes necesitamos ser maleables. Necesitamos estar dispuestos a aceptar nueva información y permitir que ocurra una transformación, PARA MEJOR.

5. Aprenda

El aprendizaje ocurre cuando adquirimos nuevas experiencias e información y permitimos que altere nuestra conciencia. La única forma de aprender es cometer errores y familiarizarse con las emociones negativas. Cuanto más ignoramos las lecciones de la vida y enterramos los sentimientos de culpa, vergüenza e insuficiencia, más fuertes y destructivos se vuelven. Nunca debemos ignorar la culpa. Solo necesitamos practicar su comprensión. Cuanto más hagamos esto, mejor nos volveremos a lidiar con él.

6. Perdona

Un subproducto de experimentar la culpa es aprender a perdonar. No perdonamos a los demás por hacernos daño o presionarnos por su bien, lo hacemos por el nuestro. Cuando comprendemos mejor de dónde provienen los sentimientos de culpa y cómo influyen en nuestras vidas, comenzamos a tener más fuerza y ​​espacio para practicar la empatía. Podemos imaginarnos a nosotros mismos en la misma situación que las personas que nos han hecho daño y darle sentido a su comportamiento y su impacto en nuestra psique. Una vez que vemos las cosas desde su perspectiva, podemos perdonarlos y en el proceso liberarnos del resentimiento. También podemos mejorar en perdonarnos a nosotros mismos. La culpa es fundamentalmente un malentendido que tenemos con nosotros mismos. Una vez que entendemos nuestra respuesta a ciertas situaciones y por qué actuamos de la manera en que lo hacemos, ya no nos castigamos a nosotros mismos; hacemos las paces y encontramos aceptación.Publicidad

7. Sigue adelante

El objetivo de comprender la culpa y saber cómo procesarla es ayudarnos a seguir adelante. Cuando no lo hacemos, nos quedamos atrapados en las mismas formas de siempre. No podemos esperar lograr un resultado diferente si nunca cambiamos la forma en que hacemos las cosas. Reflexionar sobre el origen de nuestros sentimientos de culpa, volvernos más empáticos con los demás y con nosotros mismos, comprometernos con el cambio y el aprendizaje y ser más conscientes de nosotros mismos nos permitirá afrontar las dificultades de la vida con entusiasmo y resiliencia.

Crédito de la foto destacada: http://www.lizataitbailey.com/2015/11/what-to-do-when-youre-feeling-guilty.html a través de lizataitbailey.com

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